Pues ya somos seis en la tertulia reflexiva
Es cierto, a nuestra generación le tocó eso de “dejar hablar a los mayores”. Aunque sesgada, la idea no era mala, al menos si se pone en énfasis en el escuchar como actitud, aunque supongo que lo que hacíamos era volar mentalmente mientras no nos llegaba el turno de hablar.
Pero al menos interiorizábamos un par de conceptos interesantes: el de la cortesía y aquello de contar hasta diez antes de responder 😉