Digamos que Wagensberg pone bajo sospecha en su campo del conocimiento a la clásica gran clase magistral, a la moderna conferencia TED… Ampliado al gran campo de reunión pública, a la política, no quedaría muy bien parado el mitin en sus grandes salas organizadas, pero tampoco la asamblea, cuidadosamente desorganizada, al menos para acceder a propósitos epistemológicos. ¿Conocer la verdad? No, más bien esos foros se dedican a crearla. Pero, por otro lado, me pregunto si es sólo cosa del número de participantes sino del método de participación. Cuando se trata de una reflexión y de una conversación, Wagensberg SÍ introduce el método -ese escuchar antes de hablar-, pero en las grandes masas no hay presencia de método para el intercambio de ideas. ¡Igual es que NO HAY posibilidad de método! La perspectiva es escalofriante…
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