Umm… como gallega me acojo al tópico del “depende” y divido en partes tu condensada reflexión-pregunta. Para mí lo de los mítines radicalmente descartado, en cambio la “asamblea cuidadosamente desorganizada” es una vivencia diferente, siempre y cuando esté ligada a asuntos concretos. Por ejemplo, una asamblea ciudadana en un barrio para afrontar un problema definido (o para definir un problema) me parece un primer paso necesario, pero no suficiente.
Respecto a las conferencias, yo estaría en primera fila por escuchar a algunas (pocas) personas y cuando me ha coincidido alguna de esas raras ocasiones, siempre salgo con mi libreta llena de anotaciones y nuevas preguntas. El problema es la burbuja de conferenciante, ¿te has fijado cuanta gente hay que se define como conferenciante en sus perfiles en las redes?
Los TED tienen sus pegas, pero de entrada su duración, que no suele pasar de 20 minutos, y su enfoque (la vivencia/experiencia en un tema muy concreto de quien da la charla) ya lo diferencia de la conferencia y los mítines. Obviamente yo los escucho desde mi ordenador lo cual ya implica que elijo momentos de silencio que forman parte de mi proceso de reflexión investigación sobre algún tema. A mi la experiencia de otras personas (la experiencia basada en hechos, no en discursos) me sirve de referencia y me aporta.
Por resumir, creo que el problema está en la forma de seleccionar y utilizar las herramientas disponibles, y por supuesto saber distinguir las de calidad de las imitaciones baratas. Respecto al método, el propio Wagensberg reconoce que la ausencia de método definido en también un método…